lunes, 12 de noviembre de 2012

10 técnicas de manipulación mediática - Sylvain Timsit



1. La estrategia de la distracción El control social se logra con la estrategia de la distracción, que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y  económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. Esta distracción es indispensable para impedir al público interesarse por conocimientos esenciales en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales” (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Funciona así: Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desean imponer. Por ejemplo: Fomentar la violencia urbana e incluso organizar atentados sangrientos o crímenes contra la infancia para que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. También puede crearse una crisis económica para lograr la aceptación del retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de servicios públicos como un mal necesario.
3. La estrategia de la gradualidad. Esto es muy difícil y se trata de imponer el consentimiento para una medida inaceptable, aplicándola gradualmente, a cuentagotas y por años consecutivos. Así, condiciones socioeconómicas nuevas y terribles para la sociedad -como el neoliberalismo- fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4. La estrategia de diferir. Otra manera de lograr la aceptación de una decisión impopular es convertirla en “dolorosa y necesaria” -en el momento- para una aplicación futura. Porque las culturas religiosas acostumbraron a la masa para que acepte con más facilidad un sacrificio futuro que uno inminente. Primero, porque el esfuerzo no es requerido de inmediato. Luego, porque el público (la masa) tiene la tendencia a creer que “todo mejorará mañana” y que el sacrificio exigido podría ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura o un deficiente mental. Cuanto más se busque engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si tuviese la edad de 12 años -o menos-, en razón de la sugestión, ella tenderá con cierta probabilidad a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico. como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y luego en el sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional abre la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores” (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Se trata de promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto. Esto también se impuso desde la televisión de los ´80 y ´90, con inercia hasta el presente.
9. Reforzar la auto-culpabilidad. Se trata de hacer creer al individuo de que él es el culpable de todo, por su propia desgracia, por causa de su escasa inteligencia, de sus capacidades o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ¡Y, sin acción, no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos cincuenta años, los avances de la ciencia generaron una creciente brecha entre los conocimientos del público y los utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Atribuido erróneamente a N. Chomsky. El original está en http://www.syti.net/Manipulations.html, en francés. El documento “Armas silenciosas para guerras tranquilas”  está en muchos sitios de la web.