("Debemos
estar prevenidos ante los medios de comunicación
o
nos harán amar al opresor y odiar al oprimido". Malcolm X.)
Gracias, Sabella, por la digna
competición deportiva que le regalaste a nuestro país y a todo el mundo.
Gracias por no enojarte cuando ellos te
decían que estaba todo mal, cuando ellos reclamaban
porque hacías los cambios tarde, cuando ellos criticaban porque hacías entrar a
delanteros y les pedías un poco de entrega en el medio campo. Gracias por el blooper
con el agua del Pocho Lavezzi. Gracias por el pasito hacia atrás que se
convirtió en un paso de baile y ya tiene tu respetado nombre. Gracias por reírte
poco, porque esto era cosa seria. Gracias por sonreír a veces, porque -como nos
advierte Edgar Allan Poe en La Máscara
Roja-: "Ellos tendrán risas,
pero no sonrisas". Gracias, Sabella, por no haberle contestado al periodista
que preguntó si estabas ahí por el culo
del campeón. Gracias, Sabella, por la paciencia, por la sabiduría y la
prudencia, por haberte bancado a la prensa canalla que deseaba lo peor para
vos, para la Selección y para el país entero. Ellos
mañana seguirán remando hacia atrás, para que nos gane el desánimo. (Pobre
gente) No sé si podrán mirar a los ojos a sus hijos, aún cuando los lleven a Disney, para gastar su dinero en la
capital del Imperio, pobre gente. Ellos seguirán
instalando mañana la idea de que Argentina
es una m..., pobre gente. Qué fácil sería hacer una nómina con $u$ $ei$ciento$ $e$enta y $ei$ nombres. Sí:
Pobre gente... Nosotros no somos como ellos. A nosotros nos quedan risas y
sonrisas, porque nosotros -humilde comparación- nosotros somos como vos.