martes, 2 de julio de 2013

El nuevo dios



Despertate beninún,
que no es cosa de rezar.
Diez minutos antes de la misa
de los gallos maricones ha nacido
un pollo verdadero, sin espiedos
y a la imagen del hombre, criatura, sos el hombre
¡Despertate beninún!

Hijo, no sigas defecando sacrosanto
en el nombre de los que toman a los niños
y escapan del castigo
porque bien chuparon la lechita de la verga
de un innoble capellán.

Despertate beninún,
no era cosa imaginar
que la dictadura estaba bien
porque nadie que muriera se quejara.

Chico, no sigas repitiendo el discurso infectado
de palabras malignas que tu lengua reconoce
por el detrito de esos anos
que te dicen qué pensar.

Te regalan la razón en el subte
-la estación- y succionás gustoso el chancro
que supura la nación nacida del polo negativo
es un magneto es un clarín
la surgente letrina cancerosa
que te dice qué pensar.

Y llegás  al restorán de los milagros y te quejás
porque no hay papa pero el menú está escrito con puré y no contento
ni con eso ni con nada alzás tu horrible vozarrón y luego
lo escribís con todo orgullo en el libro de tus quejas y más tarde te reís
porque vos siempre te reís.

Despertate, beninún,
no te quejes por la tarde
porque los pobres hcieron un piquete que te jode
y te dictan por la radio que son malos.
Tan malos son que les pagan por hacer lo que no les gusta
pues son malos, todos malos
menos vos porque creés, porque solo alcanzás a tu ego
cuando alguien te confirma que sos un gurí bueno
y si suenan en tu oreja purulenta los dueños de esas voces crueles
esos machos que cargan la pistola
con toda pero toda tu maldita indignación.

Despertate, beninún,
no hay razón para defenestrar a esos pobres negros que te sirven,
la gilada que –te dicen- que no sabe, que –te dicen- no se da cuenta
pues –le dicen- qué pensar.

Y cuando llegás a casa, rapaz, te relajás con la tele
que es la radio y que es el diario
todos ellos tu nuevo dios
y sentís que te da algo pero sos vos el regalado
¡despertate, beninún!

¡Despertate, beninún!
Tenés ahí el pitito para usarlo, la vaginita o lo que haya,
lo que haya para pensar, bebé, y no te regales porque entonces
salvo rezos o un espiedo no habrá cosa para dar.
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